domingo, 2 de julio de 2017

Artículos en "La Hora"

Cuestión estructural

Gabriel U. García T.


Platón, en “La república”, escenifica un diálogo entre Sócrates y Glaucón sobre el principio de la justicia. En un determinado momento, el primero se limita a escuchar y Glaucón, a quien no le faltan luces, afirma: “a juicio de los sabios la apariencia vence a la realidad y es señora de la dicha”.

A diario vemos  imágenes, en redes sociales o programas informativos, de como en las ciudades, especialmente de América Latina, los policías municipales mantienen abiertos combates con vendedores ambulantes. De su lado, los alcaldes, esmerándose por mantener ciudades ordenadas donde no impere el caos; centrando sus esfuerzos en combatir este tipo de venta que, desde su óptica, atenta contra el ornato y perjudica el comercio formal. Entonces surge una pregunta de fondo: ¿Es más importante la apariencia que la realidad?

En el Ecuador, los datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos, en el reporte de marzo del presente año, reflejan un país donde el 61,5% de la población, en edad de trabajar, no tiene empleo pleno, es decir, un trabajo con un sueldo igual o mayor al salario mínimo. Las causas para esto son varias pero, seguramente, una de las variables más importantes, tiene que ver con nuestra propia concepción de la ley. Tenemos normas que, según el Código Civil, mandan permiten o prohíben. No hacemos leyes que impulsen o estimulen.

Si a esto se suma el abuso que, en determinadas jurisdicciones, se produce, tenemos una ecuación que no favorece al emprendimiento y con ello la generación de empleo para erradicar la pobreza.

Las consecuencias están a la vista: emigración, venta informal, taxis no legalizados e, incluso, problemas muchísimo más dramáticos como la prostitución callejera y el micro tráfico de drogas.

Entonces, la cuestión no se va a resolver con el uso de palos y toletes eléctricos. La solución apunta a un gran diálogo nacional que incluya un cambio de visión para tener normas que, no solo prohíban y persigan, sino estimulen y generen, especialmente, nuevo empleo pleno. Como decían los antiguos, la calentura no está en las sábanas.




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