lunes, 8 de agosto de 2011

Cine

Cuando el doctor Caligari inició la metáfora

Gabriel U. García T.

El cine es un lenguaje y, como tal, una forma de presentarnos la realidad. Al igual que la literatura, puede hablarnos directamente o transportarnos con metáforas. Esa es parte de su magia.

Una de las primeras cintas en apelar al lenguaje metafórico fue una película muda producida en la Alemania de 1920: “El Gabinete del doctor Caligari” dirigida por Robert Wiene con el muy bien pensado guión de Hanz Janowitz y Carl Mayer.

La trama empieza con la conversación, aparentemente inocente de dos hombres y la aparición de Jane, una mujer casi fantasmagórica. Con un flash back, Francis, uno de los contertulios, nos cuenta su historia.

Advierte que, hace algún tiempo, llegó una feria al pequeño poblado de Holstenwall. Uno de los espectáculos que se presentaba era el del llamado doctor Caligari mostrando al sonámbulo Cesare que, supuestamente, tenía poderes premonitorios. Al mismo tiempo se produjeron una serie de misteriosos asesinatos.

Francis asiste con su inseparable amigo Alan, que tiene la malhadada idea de preguntar al sonámbulo por el día de su muerte. La respuesta es inesperada: esa misma noche. En efecto, al día siguiente aparece muerto.

Francis y Jane deciden investigar al doctor Caligari que, al darse cuenta, ordena al sonámbulo asesinar a la mujer. Sin embargo Cesare termina enamorado de Jane y, en lugar de matarla, la secuestra mientras el ingenuo novio vigila un muñeco que el desequilibrado doctor conserva en lugar del zombi. Se inicia una persecución que termina con la liberación de Jane y la muerte de Cesare. Caligari, al verse descubierto, huye y entra en el manicomio. Francis lo persigue. Cuenta lo sucedido a los médicos que lo reciben pero sólo para encontrarse con que el maniaco doctor es el director del psiquiátrico. Termina el flash back y volvemos a la conversación inicial. La cámara se mueve y vemos que estamos en el hospital. Aparece Caligari al que Francis se le abalanza para reclamarle por sus crímenes. Sin embargo es detenido por los enfermeros y recién caemos en la cuenta de que todo es una invención del demente Francis y que Caligari es el director del manicomio. ¿O no?

En el fondo todo es una metáfora sobre nuestra interpretación de la realidad. La cinta, entonces, trata sobre el grave problema hermenéutico de la humanidad y las distintas visiones que, sobre un hecho concreto, podemos tener. Es una historia de terror que narra la aparente demencia de un presentador de feria pero que, con los diferentes giros que presenta la cinta, en el fondo habla sobre lo superfluo que puede ser nuestra apreciación sobre la verdad.

También, y por ello es digna de estar en los inicios, es una de las cintas mejor pensadas y por tanto con mayor concepto artístico.

Además de la metáfora del guión hay que destacar la metáfora de su tratamiento figurativo. Me explico. Toda la decoración está en base a telones de corte expresionista que, en el fondo, es la forma como el artista concibe la realidad. No es un reflejo fotográfico del espacio, sino como el pintor plasma lo que ve. De igual forma Wiene utiliza muy bien la iluminación para resaltar determinados aspectos del filme. Esa luz, en gran parte, está pensada en los mismos telones decorativos.

Finalmente el montaje, con sus permanentes juegos de tiempo y espacio, soporta el mensaje metafórico.

En definitiva es una de las películas que han contribuido para que el cine sea considerado como el séptimo arte.

2 comentarios:

Rubén Torres Paz dijo...

Como no comentar una especial referencia a la expresión plástica del cine y su trascendencia como lenguaje y recurso comunicacional...muy poderoso.
Gran percepción estimado Gabriel.

Gabriel U. García T. dijo...

Gracias Rubén. Eres muy generoso