viernes, 9 de diciembre de 2011

Artículos de El Mercurio


Prometeo y la educación a distancia
Gabriel U. García T.

En la mitología griega existió un dios que fue muy amigo de los hombres. Su nombre era Prometeo. Regaló, al género humano, el mayor don que podamos imaginar: el fuego de la sabiduría.

Claro, para hacerlo, cuenta Esquilo en su famosa tragedia “Prometeo encadenado”, tuvo que robarlo del Olimpo, por lo que fue condenado a permanecer encadenado en el último confín de la Tierra. Zeus dispuso que el Poder la Fuerza lo lleven hasta ese lugar y que Hefestos lo encadene de tal manera que no pueda escapar.

En su suplicio es visitado por Océano, el gobernante de las aguas, quien lo impele a que se arrepienta de su conducta para que regrese al monte de los dioses y conviva con las demás deidades. El mártir, portador del fuego divino a los humanos, no le hace caso y se mantiene en una postura digna de alguien que ha hecho lo correcto.

Zeus envía también a su mensajero, Hermes,  para convencer a Prometeo de que revea su actos y cumpla con su papel de enunciar el futuro del dios supremo. La respuesta vuelve a ser similar y se añade una negativa rotunda del divino titán a convertirse en sirviente de Júpiter.  El resto de la tragedia no la voy a contar con la esperanza de que el instruido lector lo haga por si mismo.

Sin embargo, si quisiera completar la historia de Esquilo con algo que ha ocurrido en nuestros días. El buen Prometeo, finalmente, se ha liberado de sus cadenas y ha encontrado una maravillosa manera para que el fuego de la sabiduría llegue más rápido y con mejor calidad a todas las gentes de la tierra.

En efecto, la olímpica deidad, ha descubierto la educación a distancia como una potente herramienta para combatir, fundamentalmente, la inequidad en el acceso y la calidad de la educación superior.  Es más, inflamó los corazones de quienes concurrieron a la última asamblea mundial de la UNESCO sobre educación superior, celebrada en Paris en el 2009, e hizo que, en su declaración final, hagan un llamamiento a la acción de los estados miembros para “apoyar una mayor integración de las TIC y fomentar el aprendizaje abierto y a distancia, con miras a satisfacer el aumento de la demanda de educación superior”.

Sin embargo los dioses, siempre celosos de que los humanos se les quieran igualar, buscan a Prometeo para volver a encadenarlo.

Ojalá Zeus y las nuevas divinidades que moran en el Olimpo, no se enteren de esta intención de Prometeo y dejen que el benefactor bálsamo de la educación cure las heridas de la gente.  




No hay comentarios: