Don Bertrand
Gabriel U. García T.
Sin duda
Bertrand Russell fue uno de los grandes pensadores del siglo XX. Dueño de una
lógica envidiable, como sostiene Francisco Martínez en un artículo de “La
Vanguardia”, a veces, «prefería guardarse sus opiniones para sí porque, en aquel entorno
conservador, las opiniones atrevidas provocaban escándalo con facilidad». Esto cambió
cuando llegó a Cambridge. Respiraba libertad. Se incorporó a “Los Apóstoles” un
grupo universitario donde se expresaba, con mucha profundidad, sobre la
sociedad inglesa de inicios de la pasada centuria.
Cuando se desata la Primera Guerra Mundial, las cosas fueron diferentes. Pacifista empedernido, don Bertrand, se opone a la barbarie. Apegado a la verdad sostiene que «Hace un mes, Europa era un pacífico grupo de naciones; si un inglés mataba a un alemán, era ahorcado por asesinato. Ahora si un inglés mata a un alemán, o si un alemán mata a un inglés, son patriotas». Luego escribe un panfleto respaldando a un objetor de conciencia. Los administradores del Trinity College, consideran que «esas declaraciones pueden perjudicar el reclutamiento y la disciplina de las fuerzas de Su Majestad» y lo expulsan del claustro de profesores. Aconseja a los jóvenes como evadir el alistamiento, lo que le granjea seis meses de prisión.
Para la Segunda Guerra Mundial, su posición fue en contra del fascismo. En 1947, Cambridge, lo reincorpora a su claustro. En fin, son gajes del pensar.
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