El mundo desde mi ventana:
Sócrates puede vencer a Terminator
Gabriel Ulpiano García Torres
Una de las películas que marcó a nuestra generación fue, sin lugar a duda, “El Exterminador” de James Cameron. El thriller supone un futuro distópico en el que las máquinas, gobernadas por una inteligencia artificial, tratan de aniquilar a los seres humanos. Sin embargo, hay un foco de resistencia, encabezado por John Connor, que impide nuestro exterminio. Con astucia, los autómatas envían al pasado, justamente a 1984, un robot «Terminator modelo T-800» para que asesine a Sarah, la madre del líder de la resistencia, antes de que su hijo nazca.
Los sobrevivientes se enteran de esto y hacen que vaya al mismo año un soldado, Kyle Reese, para que salve a la progenitora del futuro héroe. Es una cinta llena de acción y aventura, centrada en defender la vida de la señora Connor.
En los días que vivimos, vemos como los dos grandes supuestos de la película, la inteligencia artificial y los viajes en el tiempo, son reales.
En efecto, asombrado lector, los humanos tenemos la capacidad de movernos junto a Cronos. De hecho, hemos conseguido trasladarnos del pasado al presente desde hace más de dos mil años. Si no me cree puedo demostrárselo. Seguramente tiene en su casa un artefacto para andar por distintas épocas.
Pruebas al canto. Traigamos al ahora a Sócrates, Glaucón y Adimanto. Para esto basta con abrir el libro segundo de “La República” de Platón y, como si fuera un teletransportador de “Star Trek”, aparecerán ante nosotros y podremos conversar con ellos sobre la forma de educar a los que vienen y la importancia que tiene la paideia, es decir cultivar aquellas capacidades que, verdaderamente, nos hacen humanos.
Como vemos, los libros, al igual que el cine, permiten que el pasado sea presente y en muchas ocasiones vivir distintos futuros.
De su lado, la Inteligencia Artificial, el segundo postulado en la trama protagonizada por Arnold Schwarzenegger, es una realidad. De hecho, en el mundo hay un enorme debate sobre sus límites y el control que debemos ejercer para evitar los riesgos que ciertamente trae, sin olvidar que es una magnífica herramienta para el progreso humano.
Tal vez, el mayor peligro que enfrentamos es perder la voluntad para razonar.
Poco a poco reducimos nuestra capacidad de memoria. Es cada vez más frecuente no retener cosas como las tablas de multiplicar. Esto es muy grave. Los recuerdos son hitos que nos afianzan en la vida.
Ahora corremos el riesgo de ceder al «Chat GPT» la posibilidad de pensar libremente.
Boris Pasternak, en “El doctor Zhivago”, decía, refiriéndose a la dictadura de Stalin, que “el mal peor, la raíz del mal futuro fue la pérdida de confianza en el valor de la propia opinión”.
Entonces, para evitar que las máquinas tomen el control e intenten asesinar a Sarah Connor, hay que traer a Sócrates. Que insista en la necesidad de educarnos, para no quedarse sólo con el conocimiento de la realidad, sino tratar de entenderla. Caso contrario, habremos construido un leviatán.
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